Este trabajo forma parte del proyecto europeo H2020 PRACTICIES, financiado por la Comisión Europea. Durante el evento se han dado a conocer los resultados obtenidos en el primer año del proyecto.
Irene Vega
Este proyecto multidisciplinar, que comenzó en mayo de 2017, está compuesto por 24 socios europeos y ha sido diseñado para investigar los procesos de radicalización violenta y proponer herramientas concretas de prevención que puedan ser utilizadas por los actores locales en el diseño sus políticas.
Para la presentación de estos primeros resultados, que combinan aspectos de la sociología, psicología y análisis del lenguaje, se ha elegido la sede del CSIC en Bruselas, donde también se encuentra la Oficina de Proyectos Europeos de la URJC. Durante la jornada, Arantza Mota, investigadora de la URJC, ha destacado el trabajo que viene desarrollando el equipo de la universidad analizando las políticas públicas de prevención de la radicalización violenta en diferentes países europeos.
Otros miembros del consorcio también han presentado sus trabajos. Entre ellos la consultora líder de investigación de mercados Kantar, que ha ofrecido los primeros resultados de una encuesta realizada a 12.000 jóvenes en 12 países europeos sobre su percepción de la radicalización en Europa. Según los datos que se extraen de la encuesta, los jóvenes europeos piensan que la radicalización violenta está extendida en nuestro continente y que amenaza con quedarse. Además, la juventud europea relaciona esta situación a su exposición continuada al discurso de odio en internet.
Por su parte la Universidad de Grenoble Alpes ha mostrado los resultados de la investigación de los discursos de odio desde el punto de vista lingüístico. Se ha demostrado que, más allá del discurso violento, en todas las formas de discurso de odio se ocultan la propaganda del grupo emisor y la manipulación de sus destinatarios.
Por último, el equipo de Dounia Bouzar ha dado a conocer el primer estudio científico-cualitativo llevado a cabo sobre procesos de radicalización en jóvenes. Realizado sobre una muestra de 300 jóvenes radicalizados, este estudio señala la convergencia de factores que llevan a los jóvenes a participar en procesos de radicalización violenta. El equipo también ha presentado propuestas probadas que podrán ser utilizadas por especialistas en procesos de desvinculación de la violencia y des-radicalización.